En el ecosistema de negocios de 2025, existe una paradoja fascinante: cuanto más problemas financieros tiene una empresa, más premios de «Cultura Laboral» gana. Analizamos cómo las Relaciones Públicas dejaron de ser un canal de comunicación para convertirse en un mecanismo de defensa financiera.
Por: Ricardo Valencia
Hay un patrón que cualquier analista de mercado con colmillo ha aprendido a detectar en este 2025: Si una startup o corporativo empieza a inundar LinkedIn con comunicados sobre «Responsabilidad Social», premios de «Great Place to Work» o alianzas irrelevantes, es momento de revisar sus estados financieros con lupa.
Durante años, las Relaciones Públicas (PR) se entendieron como la herramienta para amplificar las verdades de una empresa. Hoy, lamentablemente, muchas agencias y directores de comunicación las están utilizando para ocultarlas.
Estamos ante la era del «PR Defensivo»: una estrategia calculada donde el ruido positivo se fabrica artificialmente para silenciar la incertidumbre financiera ante una inminente salida a bolsa (IPO), una ronda de inversión complicada (Down Round) o una crisis de reputación interna.
El fenómeno del «Premio Distractor»
Hablemos claro. No es coincidencia que una empresa anuncie un recorte del 15% de su plantilla un martes, y el jueves publique que ganó un premio a la «Mejor App del Año». Esto no es mala sincronización; es ingeniería de percepción.
Las agencias de PR tradicionales le venden al CEO la idea de «cambiar la narrativa».
- «No hablemos de que no llegamos a la meta de rentabilidad; hablemos de nuestra nueva política de oficinas pet-friendly».
El problema es que esta táctica subestima la inteligencia del mercado. En 2025, los inversionistas institucionales y los clientes B2B hacen Due Diligence. Cuando la narrativa pública («somos los líderes imparables») choca con la realidad operativa (recortes y freno de expansión), el resultado no es admiración, es desconfianza.
El maquillaje pre-IPO (salida a bolsa)
El momento más crítico donde el PR se vuelve ficción es la antesala de una Oferta Pública Inicial. La presión por inflar la valuación lleva a las empresas a una carrera desenfrenada por la visibilidad.
Aquí es donde los Directores de Comunicación fallan éticamente. En lugar de preparar al mercado para la realidad del negocio, construyen un «muñeco de paja» hecho de métricas vanidosas. Celebran «millones de usuarios registrados» (aunque no paguen) para no hablar del Churn Rate (tasa de cancelación). Anuncian «expansión a 3 países» para no admitir que en el mercado local están perdiendo cuota.
El objetivo es calmar a los inversionistas actuales y atraer a los incautos del mercado público. Es una estrategia de «Pump and Dump» reputacional.
Un mensaje a las Agencias y Dircoms
A mis colegas en la industria de la comunicación y a las agencias que facturan millones vendiendo estas estrategias, les tengo una noticia: El mercado maduró.
Seguir vendiendo «notas de color» para tapar agujeros financieros ya no es estrategia; es negligencia corporativa. Una agencia de PR de alto nivel hoy no debe ser la que te ayuda a esconder la basura bajo la alfombra. Debe ser la que entra a la sala de consejo y le dice al CEO: «No podemos comunicar éxito si no arreglamos la operación primero».
La transparencia como activo, no como riesgo
Las empresas que ganarán en la próxima década no son las que tienen la imagen más pulida, sino las que tienen la reputación más resiliente. Y la resiliencia se construye con verdad.
Es preferible una empresa que comunica: «Estamos reestructurando para ser rentables y asegurar el futuro a largo plazo» (verdad dolorosa), que una que comunica: «Somos la familia más feliz del mundo» mientras sus empleados firman liquidaciones en la sala de junto (mentira piadosa).
Inversionistas y clientes: la próxima vez que vean una lluvia repentina de premios y confeti en una empresa tecnológica, no aplaudan. Pregunten cómo está el EBITDA.
Sobre el autor: Ricardo Valencia es consultor en Comunicación Estratégica y Gestión de Crisis. Especialista en análisis de reputación corporativa y colaborador editorial en KliKanews.






